Aquí estamos

Integrantes del grupo: Argento Constanza, Ferrer Lucia, Giugliano Caterina y Nuñez Delfina.
Materia: Arte Público y Producción Colectiva. (5to Año) | Docente: Ailén Ponce


Aquí estamos, aproximadamente un mes en cuarentena total, un mes sin ver a nuestros abuelos y familia, un mes sin nuestra rutina del día a día, un mes sin risas a la madrugada o una tarde de mates en la plaza con tus mejores amigos. Todo esto a causa de un virus que generó una pandemia, pero no finjamos que esto es un hecho extraordinario o un suceso del cual desconocemos, porque nuestro ecosistema hace tiempo que está devastado y gritandonos que lo ayudemos, pero uno sigue ignorandolo, pensando que se va a arreglar con alcohol en gel. Estamos pagando una deuda que tenemos con el planeta tierra, y de por sentado que va a ser muy cara. Es tal cual lo que se expresa en la revista, “No es la culpa de los murciélagos, mosquitos, ratones o pangolines sino de lo que hacemos con el ecosistema en el que viven y cómo los juntamos y manipulamos a todos en un nuevo ambiente artificial”.

Hay que reconocer que bastante gente está cumpliendo esta cuarentena tan fastidiosa en su casa, pero lamentablemente la estupidez humana no desaparece y la otra parte de la población sigue saliendo y siguiendo su vida normal, como si una pandemia no estuviera ocurriendo, y seguramente por culpa de esa gente estemos mucho tiempo más sin abrazar a nuestros abuelos, sin reírnos juntos a nuestros amigos o disfrutar una noche en el boliche. Cuidar el ecosistema no es solamente un asunto ambientalista, sino que también es la base de nuestra supervivencia. Sera capaz que nuestra cultura es considerarnos superior a todos hasta de una pandemia y ser soberbios con el tema? Será que no podemos desgarrarnos de costumbres tan crueles como maltratar nuestro ecosistema? Será que esas costumbres hacen a nuestra cultura?

No podemos pensar que sucede ahora y luego termina porque esto continúa, de aquí a que tomemos conciencia y seamos más responsables de nuestros actos; no podemos esperar a que las situaciones lleguen a su peor estado para empezar a pensar una solución porque todo lleva su tiempo y nada se resuelve en cinco minutos. “Cualquier cambio que hagamos en el planeta va a tener un impacto en nuestra salud”.

Todos los días vemos miles y miles de nuevos infectados y fallecidos en todo el mundo. Europa fue el continente más afectado, dentro de él se encuentran a la cabecera de la lista de los países más infectados Italia y España con más de 10 mil muertos en cada país. Las medidas fueron tomadas tardíamente por lo que produzco esta catástrofe, incontrolable, con falta de respiradores, camillas y terapias intensivas y con los hospitales colapsados. Estados Unidos tomó la cabecera en nuestro continente, con 368.533 casos confirmados, 11.008 muertes y 19.972 personas recuperadas según datos del John Hopkins University & Medicine. La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que “la Argentina está llevando adelante medidas de manera rápida, audaz y con firme decisión que pueden cambiar esta curva de contagios de coronavirus a algo más plana y lenta”.

A pesar de todas las consecuencias negativas, que el virus contrajo hay que destacar las positivas y que, por suerte, son a favor del planeta tierra, como por ejemplo la caída de un porcentaje de la contaminación, la reducción del monóxido de carbono, que los canales de agua vuelven a tener el agua cristalina, los actos de bondad en una gran mayoría de población hacia profesionales de la salud y adultos mayores, la unión de las personas tanto dentro y fuera de cada país,entre otros.No es una situación favorable para los humanos pero si para la naturaleza.

Por otra parte, el personal médico es el grupo que más expuesto está al virus y quienes probablemente más padezcan está situación de miedo e incertidumbre al ver las imágenes de los sistemas sanitarios colapsados de Ecuador, Italia o España, donde las personas fallecen en sus hogares por no tener acceso a la salud. Es por ellos y por nuestros convivientes que tenemos que quedarnos en casa, respetar la cuarentena, cuidarnos para cuidarlos. Esperemos que este virus no cause sólo pánico en la sociedad mundial, sino que nos despierte, que funcione como un llamado de atención a ser más empáticos y solidarios entre nosotros y con la naturaleza